Para hacer un humidificador casero coge una vasija bien de limpia, tiene que ser resistente al fuego y las altas temperaturas. ÿchale agua, aplica calor y los aceites esenciales que más te gusten.
Por qué tener un humidificador en casa
Podríamos darte múltiples razones de por qué tener un humidificador en casa. Pero simplemente te diremos que es un método económico, rápido y ecológico de mejorar la salud tuya, de los tuyos y tu vivienda. ¿Quieres más motivos? Pues ahora te lo vamos desgranando para que lo comprendas mejor.
En primer lugar, el ambiente seco favorece la proliferación de bacterias y gérmenes y nos deja más expuestos a sufrir de infecciones. Por eso, colocar un humidificador en nuestro hogar evitará que los procesos infecciosos sigan su curso y saneará el ambiente que respiramos.
Con esto, aquellas personas que sufren de problemas respiratorios varios, como alergias, sinusitis, asma, o cuando pilles unos simples catarros, gripes o resfriados te sentirás mejor en menos tiempo porque tus vías respiratorias estarán más despejadas.
Un humidificador resulta especialmente útil cuando hay niños pequeños en casa, pues los bebés no tienen todavía bien desarrollados sus órganos y la función respiratoria se les hará más fácil si da a sus pulmones aire depurado.
¿Tienes la nariz atascada o tus hijos se quejan de que no pueden respirar? El humidificador, al que puedes añadir aceites esenciales o hierbas, es un método natural para combatir este problema.
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También se mejora el estado de la piel, en especial la piel sensible podrá oxigenarse sin la presencia de partículas tóxicas o dañinas cuando el aire que nos rodea está impoluto. Recuerda que, si fumas, tener un humidificador en casa te ayuda a eliminar el aroma y a deshacerse de las partículas tóxicas del cigarrillo.
Cuando respiramos mejor, también dormimos, descansamos más y estamos de mejor ánimo, así que ya tienes otro motivo.
Tener un aparato que nos ayude a que el ambiente de nuestro hogar no sea tan seco evitará también que tengamos calambres. Los calambres son muy molestos y pueden darse en cualquier momento aumentados por la electricidad estática. Si vives con niños, tienes que saber que para los peques es muy desagradable sufrir calambres y, sobre todo, porque ellos no saben explicar qué es lo que le está sucediendo ni saben que están sufriendo de calambres, pero son muy habituales. Por eso, colocar humidificadores es muy recomendable en este sentido.
Y, finalmente, otro motivo más para tener un humidificador en casa es que al hacer que el aire sea más húmedo, evita que las paredes tengan grietas o que la pintura se resquebraje, así que tu vivienda se mantendrá por más tiempo en perfectas condiciones y no tendrás que pintarla tan a menudo.
Así que en resumen podemos afirmarte que la presencia de humidificadores en casa:
- Alivia la congestión nasal.
- Alivia los problemas respiratorios en general.
- Alivia los dolores de cabeza.
- Mejora la salud de la piel.
- Ayuda a dormir mejor.
- Ayuda a sentirse mejor.
- Evita los calambres.
- Reduce el riesgo de infecciones.
- Evita que la pintura y las paredes se estropeen.
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Materiales para hacer un humidificador casero
No vamos a decirte que tener a mano un humidificador sea milagroso pero casi, a juzgar por los beneficios que tiene y que, sin duda, mejora nuestra calidad de vida. Así que imaginamos que ya estarás deseando tener tu humidificador casero listo para uso y empezar a notar esa mejoría en tu hogar.
Sin más dilación, vamos a darte la lista de materiales para hacer un humidificador casero sencillo, barato y eficaz:
- Una vasija que sea resistente al fuego y las altas temperaturas.
- Agua limpia.
- Fuente generadora de calor.
Puedes hacer tu humidificador casero con muchos materiales y de muchas maneras. Pero nosotros hemos optado por este modelo que creemos será muy útil y es fácil de preparar. Veamos a continuación cómo hacer un humidificador casero paso a paso.
Cómo hacer un humidificador casero paso a paso
Si sigues estos pasos al pie de la letra, terminarás rápido y conseguirás un aparato para humidificar el ambiente sin demasiadas complicaciones.
Paso primero. La vasija bien limpia
Lo prioritario es que el aire que respiremos sea limpio. Así que antes que nada tenemos que asegurarnos de que los materiales a utilizar también están pulcros. Para esto, limpia y desinfecta la vasija. Si la vasija estuviera sucia o tuviese agua estancada podrían salir hongos.
Paso segundo. Echa el agua
Con la vasija bien limpia, procederemos a llenarla de agua. Llena con bastante agua tan solo cuidando que no se salga.
Paso tercero. Aplicar calor
El agua tiene que entrar en ebullición y generar los gases que llevarán la humedad a esparcirse por tu vivienda. Así que es el momento de colocar la vasija cerca de la fuente de calor para que el agua se caliente al máximo y el humidificador comience a funcionar.
Paso cuarto. Aromaterapia
Los efectos beneficiosos de tener un humidificador se multiplican si aprovechamos el aparato para generar aromas que mejoren la salud. Simplemente escoge hojas de hierbas o esencias que ayuden a curar dolencias que padezcas, o a relajarte. O sencillamente, aromas que te gusten.
Nuestro humidificador ya está listo. Pero, ¿qué sucede si estamos en verano y eso de aplicar calor es algo que no nos apetece demasiado? No hay problema porque también podemos fabricar un humidificador casero de frío. En este caso, la vasija o recipiente debe aguantar bien el frío y mantenerlo. Una taza de aluminio nos vendría bien. Llenamos la taza con agua a temperatura ambiente hasta la mitad. Y vertemos sobre el agua unos granos de hielo. Ten la precaución de usar guantes para coger el hielo y de colocar un plato bajo la taza para que no resuma. Humidificador casero listo también para refrescar el hogar.
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