El ser humano ha hecho muchos actos increíbles, pero también hemos tenido una repercusión negativa en el planeta. No hablamos solo de la contaminación actual que soporta la tierra, sino que hemos creado una sociedad superpoblada en casi todos los puntos del planeta que ha llevado a consumir los recursos naturales a una velocidad mucho mayor, extinguiendo razas de animales y acabando con las zonas verdes de nuestro planeta.
Intervención humana
Una superpoblación puede establecer una cantidad desmesurada de ejemplares de cualquier especie, tales como las plantas o los animales. Una de las posibles consecuencias que esto puede traer consigo es la carencia de fuentes de alimento. Las poblaciones pueden estar en equilibrio a partir de sus propios medios naturales. Sin embargo, la intervención humana hace que salte la alarma. La migración de unas especies y la invasión de otras puede desequilibrar el balance en el medio ambiente.
Según los expertos, en el año 2050 se calcula una población en el planeta de 9 billones de personas, frente a los 3 billones que había en 1960. En naciones en pleno desarrollo, la mitad de las poblaciones han incrementado más deprisa que su fuente alimentaria. El agua dulce empieza a escasear, lo cual es un problema importante. La deforestación nos deja sin bosques, lo que repercute en muchos factores, la sobreexplotación pesquera empieza a recibir sus consecuencias, como la falta de especies.
Población animal
En el mundo animal, la superpoblación puede acabar con la fuente alimentaria. Aunque, generalmente éstos suelen estar en equilibrio, siempre y cuando el hombre no se interponga. Cuando hay un incremento de predadores y el alimento escasea, estos terminan muriendo de hambre haciendo que la población se mantenga controlada. El predador volverá a progresar cuando la fuente alimentaria vuelva a equilibrarse de nuevo.
Sin embargo, en ocasiones, las especies invasivas pueden ocupar un medio y causar más daños de los que pueda ocasionar la naturaleza.
Población de plantas
El mundo de las plantas está controlado generalmente por los humanos a través de sus métodos. También lo hacen los animales herbívoros que se alimentan de las plantas. Cuando hay una superpoblación de malas hierbas en una zona, éstas pueden acabar con las que están en su entorno. Esto ocurre porque terminan sustrayendo el agua y los minerales que necesitan las plantas.
Solución y prevención
Controlar la población para proteger los ecosistemas es un trabajo de grandes dimensiones. Sin embargo, existen una serie de medidas que pueden adoptarse para paliar la situación en futuras generaciones. Utilizar las fuentes de alimentos y la energía de una forma más responsable. Establecer medidas más eficientes en la sobreexplotación en la construcción, deforestación, entre otros.
Deshechos excesivos
Reducir, reutilizar y reciclar. La ley de las tres erres ayuda a disminuir el impacto en el medio ambiente. Una reducción de desechos significaría una disminución de elementos, como maquinarias, por ejemplo. También supondría un esfuerzo menos costoso a la hora de deshacernos de ellos. Reutilizar todo aquello que se pueda como envases de vidrio o de plástico. De lo que hay que concienciarse es de reciclar para tratar de evitar que el planeta se siga recalentando y devolverle el equilibrio.
Equilibrio ecológico
El ecosistema puede estar en equilibrio siempre y cuando nada lo desestabilice. Existen varias maneras naturales que pueden romper ese equilibrio, y es a través de la sequía, seísmos, erupciones volcánicas… Sin embargo, aquí nos centraremos en las actividades humanas.
El hombre ha transformado el ambiente natural y ha comprometido el planeta. Las consecuencias que provocan las alteraciones en el medio de vida, también denominado ecosistema, están originando graves efectos ecológicos.
Autorregulación de los ecosistemas
Generalmente los ecosistemas disponen de una buena adaptación y resistencia ante las adversidades. Independientemente de si son provocadas de forma natural o a través del hombre. Son capaces de reponerse tas un tiempo si no hay nada que lo impida.
ÿstos disponen de mecanismos de regulación que los hacen permanecer estables y equilibrados. Hablamos de la autodepuración de las aguas y el equilibrio alimenticio entre depredadores y presas.
Ecosistemas controlados por el ser humano
El hombre siempre ha querido sacar el máximo partido a los ecosistemas. Uno de los sectores más importantes sería el de la alimentación. Sin embargo, el descontrol de ciertos organismos puede favorecer la aparición de plagas. Dichas plagas representan un grave problema, ya que sus efectos son realmente nocivos para el ecosistema. Alteran la cadena trófica, generalmente en el sector agrario, haciendo que merme la rentabilidad.
La extinción de especies por culpa del ser humano tiene un grave impacto. La sobrepoblación de los humanos, la demanda excesiva de alimentos y de recursos naturales favorece la desaparición de especies.
Transformación de ecosistemas
La mitad del planeta ha sido modificado para el interés del ser humano. Esto incluye la sobrexplotación alimentaria e industrial como factores principales. Las actividades del hombre que más afectan en la extinción y la amenaza de las especies son:
- La caza furtiva y el exceso en las cosechas son acciones que favorecen el incremento considerable de la extinción de especies.
- La deforestación y los incendios en los bosques exterminan los ecosistemas aniquilando el entorno y el desarrollo de las especies.
- La filtración de parásitos, depredadores destructores o enfermedades.
- Sobreexplotación de recursos minerales.
- La contaminación del aire, suelo y agua. El desgaste ecológico debido a la contaminación es incalculable.
- Las emisiones desproporcionadas de dióxido de carbono.
- La utilización de materiales no biodegradables.
- La polución que se deposita se va acumulando en el agua y el suelo.
- El calentamiento global y el efecto invernadero.
Consecuencias de las actividades humanas
Todos estos factores se van sumando cada año causando graves trastornos ambientales. Ya se han destruido los hábitats de muchas especies. Son factores que provocan la inestabilidad en la fauna y en la flora silvestre, cuyas consecuencias son el descenso de sus poblaciones y desaparición.
Los expertos constatan que cada año desaparecen más de 30.000 especies en el planeta. Están en peligro de extinción especies clave para el correcto equilibrio de los ecosistemas. Todo ecosistema dispone de especies que interactúan con otras, cuyas funciones son vitales. A su vez, pueden perderse elementos que ofrecen alimento para uso cotidiano en la vida del hombre.
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