La cocina cuenta con algunos de los electrodomésticos y aparatos que más consumen al cabo del día. Ahorrar energía es posible si sabemos cómo usar de forma eficiente los electrodomésticos de nuestra cocina, y más con estas 5 formas que puede que no supieras hasta ahora.
No precalientes el horno
Aunque muchas recetas indican que debes precalentar el horno antes de poner la bandeja o lo que vayas a cocinar dentro del horno, otras muchas no. Debes fijarte bien en la receta y te darás cuenta que todo lo que son guisos, horneados o cocinar congelados (como una pizza), no necesitan de ese precalentamiento que en el caso de que te lo ahorres te permite evitar desperdiciar el 20% de la energía.
Sin embargo, todo lo que sean masas o recetas en las que debes cocinar ingredientes que deben reaccionar precisamente al calor sí que requerirán de ese precalentamiento así que como decimos, tienes que leerte bien la receta antes de encender y ponerte a precalentar sin más.
No es necesario enjuagar platos antes de ponerlos en el lavavajillas
Los lavavajillas suelen consumir una media de energía de unos 2,5 kWh por lo que gasta bastante aunque todavía supone un ahorro del 50% de agua y de casi el 30% de energía si se compara con el lavado a mano.
Apuesta entonces por el uso de este electrodoméstico, pero debes saber cómo usarlo de forma más eficiente, con cargas adecuadas, colocando cada vaso, copa, cubierto y plato en el sitio adecuado y además sin lavar previamente con agua. Mucha gente está acostumbrada a pasar un poco de agua, especialmente por bandejas y platos, cuando quedan restos de salsa por ejemplo, pensando que el lavavajillas será incapaz de eliminar toda la suciedad.
Eso era antes. Los lavavajillas de hoy en día son más eficientes si como decimos, los cargas de la forma adecuada e incluso cuando utilizas el programa ECO, que por otro lado es el más recomendado para ahorrar energía.
Por otro lado, infórmate del horario en el que te va a resultar más barato usar este tipo de electrodoméstico (generalmente por la noche) y úsalo en ese momento echando además un detergente que sea adecuado.
Evita que el frigorífico esté junto a la cocina
Si la cocina es una de las zonas de la cocina donde se concentra más calor, debes evitar entonces tener cerca la nevera o frigorífico. Esto es algo que no se suele pensar demasiado a la hora de diseñar una cocina, pero lo cierto es que si colocas el frigorífico junto a la cocina, ya sea de gas o una vitrocerámica, o junto al horno, obligarás a que este tenga que trabajar más para mantener su temperatura fresca y con ello que deba consumir un mayor nivel de energía.
Coloca la nevera a temperatura adecuada
No caigas tampoco en el error de bajar demasiado la temperatura del frigorífico ya que entonces le vas a estar obligando a que trabaje más y gaste más energía. Puede que de fábrica el termostato esté en el tres o el cuatro, teniendo en cuenta que el 1 o el 2 se consideran temperaturas quizás muy altas mientras que el 6 o el 7 son demasiado bajas, pero todo dependerá de los alimentos que tengas dentro de la nevera e incluso de la época del año en la que estés, pero si deseas algo más adecuado y sin tanto gasto de energía, procura que la nevera esté a unos 6 o 7 grados de temperatura que en el termostato suele corresponderse con el programa 2.
No uses el hervidor de agua más tiempo del necesario
Si usas un hervidero de agua para calentar agua, seguro que te habrás dado cuenta que para que sea eficiente se requiere que esté lleno al máximo de su capacidad que suele ser además de 500 ml. Sin embargo muchas veces sólo se requiere una cantidad inferior de agua, desperdiciando el resto y habiendo gastado también energía de más. Es mejor que te compres un hervidor con una capacidad de agua inferior y tampoco hace falta que dejes que el hervidor hasta que el agua esté hirviendo. Generalmente y para una taza de agua caliente puedes apagar el hervidor antes de que empiece a hervir.